domingo, 13 de noviembre de 2011

Transparencia y justicia: los retos de Gabino


Diana Luz Vázquez Ruiz



A casi un año en el poder desde la toma de protesta del gobierno de transición, los ciudadanos oaxaqueños hemos notado cómo los medios de comunicación han evidenciado (a veces motivo de la investigación periodística, otras por comunicado de las instituciones correspondientes) los desfalcos a las instituciones gubernamentales realizados en el sexenio anterior.
Las declaraciones emitidas por la Contraloría el Estado parecen ya estar desgastadas al anunciar cotidianamente que se están llevando a cabo las investigaciones para aplicar la justicia contra quienes abusaron del poder y utilizaron los recursos públicos para beneficio propio, sin dar conclusiones precisas ni mostrar acciones contundentes que sancionen a los involucrados.
En un comentario sarcástico, Flavio Sosa Villavicencio mencionó la ineficacia de la Interpool para dar con el paradero de los ex funcionarios: Escobar López Miguel Ángel, González Bernabé Armando Félix, González García Fernando, Ortega Habib Miguel Ángel, Castellanos Hernández Raúl Gonzalo y Rojas Walls Soledad Juana.
El hecho es que parece ser una pantomima elaborada constantemente para intentar dar cumplimiento a lo que en su campaña prometió Gabino Cué en relación a la aplicación de la justicia, o quizá se trate de respetar un acuerdo en el que definitivamente el pueblo de Oaxaca es el menos importante. Esos acuerdos e intereses de quienes lo llevaron al poder que hoy parecen pesarle para aplicar como debiera ser, la Justicia.
Lo más lamentable, amable lector, es que no se trate sólo de una mirada al pasado. Bien podemos decir que recalcar los errores que se cometieron en administraciones anteriores es también un discurso que debió haberse agotado en los primeros seis meses de gobierno. Investigaciones que se continúen realizando después de un año de haberse iniciado, sin el castigo a ningún responsable es mera simulación. Es un engaño a los oaxaqueños, es la desacreditación de su propio gobierno y por ende, el desánimo de la ciudadanía que votó por un cambio, pero también por un castigo a los responsables del saqueo al Estado.
La transparencia en las instituciones es un asunto prioritario. Desde la nómina del secretario particular del gobernador, hasta los salarios de los diputados así como sus dietas y las partidas que discrecionalmente reciben, deben dejar de ser de esa manera. Los oaxaqueños merecemos conocer qué es lo que se hace con nuestros impuestos, con esos que constantemente aumentan como el precio de la gasolina que provoca que cada vez el dinero nos alcance menos, esa es la situación de las mayorías, mientras nuestros representantes se enriquecen de forma ilícita y son solapados por el Estado.
Nadie duda de la buena voluntad de Gabino, sin embargo, sus acciones en el tema de la transparencia no son significativas, y un gobierno sin transparencia y sin rendición de cuentas está condenado a la desaprobación y al descrédito de la ciudadanía.
En este lapso de tiempo, el Director del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, Bernardo Vásquez Colmenares, hizo también en aspavientos el compromiso de revelar la nómina de los maestros, misma que debiera estar a la vista de todos y que no ha cumplido. Mucho se ha mencionado de los aviadores o profesores sin título que cobran en esa dependencia y que constituye un completo desfalco al erario público, al tiempo que constantemente atrapan a la ciudad con sus manifestaciones.
El mismo caso sucede con las licitaciones de las constructoras a quienes se destinó la obra pública, a pesar de haberse lanzado una convocatoria y ser todas oaxaqueñas, como lo señala el mandatario, no existe una explicación de los criterios que se tomaron en cuenta para su designación ni mucho menos la apertura para hacerlo. La discrecionalidad entonces, continúa siendo su característica.

Forman parte del recorrido por la transparencia tan necesaria en nuestras instituciones otras dependencias como la de Salud, en donde se han evidenciado los convenios que tiene con instituciones de carácter privado que exhiben la falta de congruencia entre el discurso pronunciando por Gabino Cué en su toma de protesta donde señaló que no permitiría funcionarios en su gabinete que favorecieran intereses que no fueran los de Oaxaca con lo que actualmente sucede.
Finalmente, en el Congreso local es el lugar en donde, por principio de cuentas debe realizarse un ejercicio de total transparencia. El gasto en su ejercicio se ha duplicado y vuelto a duplicar convirtiéndose en un exceso para las condiciones de la mayoría de la población sumida en la marginación y la pobreza. La composición plural de la legislatura la han convertido en el motín de los legisladores con motivo de las negociaciones políticas y de asignación de funcionarios; por tanto, el Instituto Estatal de Acceso a la Información Pública tiene una labor impostergable en su insistencia en el tema y el ejecutivo en mostrar un verdadero interés por resolver la opacidad con la que se manejan los recursos.
Los resultados de este primer año los dará a conocer el ejecutivo en su Primer Informe de Gobierno, en donde estaremos pendientes para hacer un análisis sesudo de las cifras e información que se maneje, y que compartiremos en el próximo número de REAL POLÍTIK.

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dialuva@gmail.com



martes, 25 de octubre de 2011

UN INFORME SOBRE LAS DISIDENCIAS DE PARTIDOS

Diana Luz Vázquez Ruiz

En los últimos meses, ha sido tema de interés lo que sucede al interior de los partidos políticos de nuestra entidad: fracturas internas, el cambio de nombre de un partido político, señalamientos de trabajadores que cobran en dependencias estatales al tiempo que están integrados a institutos políticos, presupuesto de organismos del Estado con el que se pagan desplegados partidistas, destapes anticipados, disidencias. Todo un amplio mosaico de hechos que siguen provocando en los ciudadanos el desencanto por los partidos políticos.

EL RECUENTO

Empecemos con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM). La dirigencia que ocupa Rogelio Enríquez Palma, quien como es sabido, es esposo de la ex auditora del Estado, Lizbeth Caña Cadeza. Su dirigencia ha sido severamente cuestionada por el grupo encabezado por Hafid Alonso García, delegado del partido, mismo que ha hecho señalamientos de corrupción al interior del Verde Ecologista y de una representación ilegítima; suscitándose diversos altercados entre los que destaca la toma de instalaciones del PVEM. Recientemente la dirigencia nacional de ese partido reconoció a Enríquez Palma como el dirigente estatal, al tiempo que Hafid señaló que serán los tribunales quienes lo definirán.
Nos encontramos en este recuento al recién nombrado “Movimiento Ciudadano” (antes Partido Convergencia), en el que Saúl Díaz, presidente estatal del organismo se confrontó de forma directa con la diputada Margarita García García y Mario Mendoza Flores, debido a que éstos últimos se oponían al cambio de denominación del Partido.
En el Partido Revolucionario Institucional (PRI) la situación no es distinta. Mientras el grupo de disidentes proclama a Javier Mendoza Aroche (cuñado de Jorge Franco Vargas) como su dirigente estatal, Eviel Pérez Magaña continúa con sus giras en busca de la próxima Senaduría del Estado sin poderse aún apartar de personajes que durante el sexenio de Ulises Ruiz robaron a más no poder del erario público y que a pesar de que sólo cinco de ellos ya son buscados por Interpol, otros se pasean tranquilamente por las calles de Oaxaca, como Bulmaro Rito Salinas, que llegó a saludar al informe de Eviel en Tuxtepec el pasado fin de semana.
Pero la historia de la crisis de la partidocracia aún no termina. En el Partido de la Revolución Democrática (PRD) la disidencia está más que anunciada a partir de la elección de Rey Morales como nuevo dirigente del partido amarillo, en sustitución de Amador Jara. Se presentan dos grupos antagónicos: por un lado el de Lenin López Nelio, Amador Jara y el mismo Salomón Jara, quienes reconocen al electo presidente y quienes además ya se repartieron las carteras y los espacios del partido; y por el otro, Rosendo Serrano y Jesús Romero. El resultado: una elección de consejeros que tuvo que haberse realizado este domingo y que fue pospuesta en cinco Estados de la República por no existir las condiciones de seguridad necesarias. Un Congreso que envía comunicados para legitimar a Rey Morales a costa del erario público.
Y en el Partido Acción Nacional, tras la designación de Carlos Moreno Alcántara, para fungir otro periodo más a la cabeza del blanquiazul, se presentaron inconformidades de la corriente Panista Solidarista Democrática pero sin llegar a ningún altercado mayor. Es aquí donde un bloque se anuncia dispuesto a apoyar a Diódoro Carrasco Altamirano al Senado, aunque existe otro que aún no lo ve con buenos ojos, pero que lo prefiere a la imposición de Eufrosina Cruz Mendoza desde la presidencia de la República.

LO QUE QUEDA

Eduardo Galeano nos ha dicho que el mundo está Patas arriba, cito: “En medio de todo el barullo, los partidos políticos se cuecen entre ellos, echándose los unos a los otros sapos y culebras”. Mientras tanto, ya no habrá redentores sociales, y las Reformas Políticas necesarias para el desarrollo del Estado parecen pasar a segundo término después de la contienda electoral del 2012. Las leyes secundarias pueden esperar. Un PRI que no sabe cómo actuar como oposición más allá de lanzar gritos y sombrerazos por su comediante principal. Un PAN defendiendo al indefendible Felipe Calderón y un PRD que no representa una izquierda seria que en Oaxaca tanto se necesita.
Legisladores cuyo único fin es aspirar a un cargo mucho mayor que no hayan ocupado antes. Partidos políticos que no quieren debatir temas tan importantes para las mujeres como el Aborto “porque ya vienen las elecciones”. Esto es lo que somos y lo que tenemos. No queda más que lanzar un suspiro al aire.

dialuva@gmail.com

jueves, 1 de septiembre de 2011

PROMOCIÓN DE LOS VALORES CIUDADANOS EN LA JUVENTUD


Diana Luz Vázquez Ruiz


La felicidad humana ha sido, desde tiempos memorables uno de los anhelos primordiales de los seres humanos en su estancia por la tierra; para ello ha creado a lo largo de la historia, mecanismos que contribuyen a garantizar la cohabitación de las personas en tiempos y espacios bajo conductas determinadas.
Aldous Huxley, en su obra Un mundo feliz, avizoraba el futuro del Estado mundial y planteaba entre otras cosas, una profunda reflexión sobre la importancia de los valores humanos dentro de una sociedad a través de una historia que describe precisamente la pérdida de valores en un experimento social caracterizado por la insensibilidad humana ante el dolor y el degenere social que narra en cada situación reflejada en los personajes. El final: un hombre horrorizado ante sus actos que opta por el suicidio .
La Utopía relatada por Tomás Moro es un intento también, por mostrar la posibilidad de existencia de una sociedad perfecta en la que los hombres y mujeres son productores de su propio alimento, en donde no existe la propiedad privada pero sobre todo, cabe una tolerancia y respeto por la religión que cada habitante de la isla desea profesar. Una sociedad organizada bajo un estricto orden en el que todos respetan y son respetados al tenor de una armonía social .
Pensamientos filosóficos que nos obligan a reflexionar no sólo el sentido de la existencia humana sino al mismo tiempo, replantear nuestras acciones individuales y colectivas que hasta hoy, nos han impedido convivir de forma pacífica, responsable y equitativa en la sociedad.
Todos los días, las noticias que se nos presentan ante los medios de comunicación parecen estar marcadas por desastres sociales. Homicidios, violencia, corrupción, nula ética política, insensibilidad humana, intolerancia, abuso de poder, forman parte del escenario social mexicano al que parece nos hemos acostumbrado.
Y es que todo indica que nuestra propia supervivencia humana tampoco es del interés social. Ante los embates del cambio climático, la escasez del agua, la contaminación de nuestros ríos y mares, el agotamiento de la capa de ozono, la pérdida de especies de vegetales y animales, son tan sólo tema de quienes intentan mantener la gobernabilidad y de contados grupos organizados.
Estamos más preocupados por las nuevas tecnologías que nos llevan a un individualismo que lacera el interés colectivo que se traduce en acciones sociales; nos mueve más salir a festejar el gol de un partido de fútbol que participar en la elección de quienes nos habrán de representar y tomar decisiones importantes en beneficio de nuestra comunidad.
El campo mexicano ni la desnutrición infantil son el tema de las reuniones de café, nos preocupa más encontrar la forma de incrementar nuestro poder adquisitivo.
Juan Villoro lo ha dicho: los mexicanos no sabemos trabajar en equipo. No podemos dejar de pensar en nuestro propio interés y beneficio para pensar en el “bien común” y eso ha impedido el desarrollo y crecimiento del país dentro del escenario de la globalización.
Los valores ciudadanos son utilizados como elementos retóricos en los discursos políticos para promover una candidatura “individual”. Los dirigentes y representantes sociales han perdido credibilidad al dejar atrás el interés colectivo por el beneficio propio. Las causas sociales son abanderadas por unos cuantos que no han encontrado respuesta en los ciudadanos.
La intolerancia religiosa en nuestras comunidades es motivo de linchamientos y de vejaciones humanas. La participación femenina en los ámbitos de toma de decisiones no es aún en éstos tiempos una realidad; la violencia que ha enmarcado al país por la guerra contra el narcotráfico parece preocupación sólo de algunos promotores contra la violencia que se han atrevido a buscar la Conciliación, Javier Sicilia ha dado ejemplo de que en México podemos organizarnos y entablar un diálogo ciudadano-gobierno para expresar nuestro sentir.
Es precisamente aquí cuando resulta necesario preguntamos ¿qué es ser ciudadano o ciudadano? ¿Qué son los valores? Y ¿qué papel debemos asumir los jóvenes dentro de nuestra sociedad?
Para intentar responder atinadamente a lo que se refiere ser un ciudadano, el diccionario de la Real Academia de la Lengua señala que se trata del habitante de una ciudad sujeto de derechos políticos , a lo que añadiría que se trata también de un sujeto de responsabilidades con ese mismo Estado. Por otra parte, el valor es definido como una cualidad que poseen algunas realidades, consideradas bienes, por lo cual son estimables .
En este sentido, entendemos que se ser ciudadano o ciudadano de un Estado- Nación no implica únicamente un sentido de ocupar meramente un espacio territorial, se trata si bien de disfrutar los derechos que de ello emanan pero al mismo tiempo de asumir compromisos y responsabilidades con los seres que como nosotros, habitan en el mismo espacio geográfico.
Sin embargo, no puede haber valores ciudadanos si primero no concebimos el término valor como una aptitud particular. Es decir, para hablar de un valor ciudadano tenemos que referirnos a los valores humanos que nos permitirán los segundos.
La educación emanada en casa y de las instituciones educativas encargadas de moldear el conocimiento intelectual, forma parte de los valores que a lo largo de nuestras vidas vamos adquiriendo y legando a las generaciones que nos suceden. De ahí la importancia de su cultivo y fomentar su continuidad.
Las buenas costumbres y la moral son dos ejes que forman parte del esqueleto rector que nos rige como ente colectivo. Las prácticas y la aceptación de tales formas de convivencia así como sus sanciones ante su incumplimiento garantizan el orden social, lo que no implica que el orden social garantice la estancia de los valores humanos, mismos que tienen que construirse desde la propia razonabilidad humana en un pensamiento a favor del constructo colectivo que tampoco sucede de forma total en la población.
Aunado a ello, encontramos íntimamente relacionados al concepto de valores ciudadanos otras conceptualizaciones que conllevan el mismo sentido: la participación ciudadana, transparencia, justicia, tolerancia, honestidad, respeto.
Al conjugar dichos conceptos con el papel que desempeñamos los jóvenes cabe destacar que en nuestro país, de acuerdo al último Censo de Población que emitió en el año 2010 el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, existen más de 34 millones de jóvenes entre 15 y 29 años de edad; lo que representa la tercera parte de la población total del país; lo que nos hace pensar irremediablemente en todas las responsabilidades, posibilidades y acciones que podríamos realizar los jóvenes para construir una mejor sociedad .
Contrario a lo que desearíamos que sucediera, lo cierto es que existe una falta de interés de los jóvenes por participar en asuntos públicos: 36% de la juventud mexicana entre 12 y 29 años, nunca se interesa en ver, escuchar programas o noticias sobre política, 44% dice no estar interesado nada en política y la principal razón es porque simplemente no le interesa o porque consideran que los políticos no son honestos. Desde otra perspectiva, muchos jóvenes consideran necesaria su participación pero la orientan únicamente a asistir a votar, 44 de cada 100. Cifras arrojadas en la última encuesta nacional de juventud el año pasado
Asimismo, la participación de la sociedad civil mexicana en cualquier tipo de asociación –sea la beneficencia, religiosa, comunitaria o educativa-es tristemente menor que en los demás países de la región, como por ejemplo Colombia. En México, en 2009, con una población de más de 110 millones de habitantes, el Centro Mexicano para la Filantropía contabilizó 10 mil 704 organizaciones no lucrativas registradas, de las cuales mas o menos la mitad podía recibir donaciones deducibles de impuestos. Las cifras correspondientes a Colombia alcanzaban más del doble, a pesar de que tiene menos de la mitad de la población que México .
Para hacer otro comparativo, Estados Unidos reúne aproximadamente 2 millones de Organizaciones Civiles o una por cada 150 habitantes; en Chile hay 35 mil, una por cada 428 chilenos; en México, sólo 8500, una por cada 13 mil habitantes. De acuerdo con Federico Reyes Heroles, 85% de los Estadounidenses participan en 5 o más asociaciones, mientras que en México 85% de los ciudadanos no pertenecen a ninguna. Según Reyes Heroles, la afiliación más común entre los mexicanos es a organizaciones religiosas .
Otro dato revelador sobre la falta de participación ciudadana es la encuesta 2005 sobre la cultura política en México, un invariable 82% de los encuestados confesó no haber trabajado nunca formal o informalmente en conjunto con otros para beneficio de su comunidad . “La sociedad difícilmente se organiza, Sin embargo, existe una probabilidad razonable de que ambas actitudes, la felicidad y el individualismo estén relacionadas en un sentido u otro” señala Jorge Castañeda en su reciente obra Mañana o Pasado, en la que realiza un análisis sobre la resistencia que tenemos los mexicanos a las acciones colectivas y a la participación comprometida en las luchas sociales y políticas que nos permiten entender el México contemporáneo.
Un mosaico de datos que nos muestran la falta de interés de los mexicanos en asuntos públicos pero al mismo tiempo, de un hartazgo social y falta de confianza y credibilidad en las instituciones, que dicho sea de paso, son dirigidas por otros seres humanos. Un círculo vicioso que parece no concluir hasta que decidamos participar. Esa es la clave de la consolidación de un nuevo modelo social en el que todos nos sintamos copartícipes y corresponsables.
No podemos quejarnos de nuestros gobernantes si no participamos en las elecciones (en la elección más reciente en el Estado de México reveló más del 50 por ciento del abstencionismo ); y votar, representa un valor y una obligación ciudadana.
Los jóvenes tenemos en nuestras manos la posibilidad de revertir la apatía ciudadana con nuestra participación. Desde las comunidades indígenas, de norte a sur en el Estado Oaxaqueño y de Este a Oeste del territorio nacional, podemos ser voz pero también podemos ser acción que transforme la realidad social.
El respeto a quienes opinan diferente, a escuchar todas las voces, a participar en el debate de ideas, a tolerar las distintas manifestaciones humanas, criticar pero no para destruir sino para proponer, a exigir cuentas claras y transparencia a nuestros gobernantes, a ser congruentes entre lo que decimos y lo que hacemos, a actuar siempre con justicia, a no prestarnos a actos de corrupción ni callar cuando seamos testigos de ellos, a ser honestos desde los actos más simples de nuestras vidas, a participar desde lo más simple en actividades colectivas, desde una causa social en beneficio de otros, hasta organizarnos con los vecinos para limpiar el Río que se encuentra cerca, el jardín o simplemente para pintar nuestra escuela; la utilización de las redes sociales no sólo para observar o enterarnos de los “otros”, sino también para promover la reflexión y la conciencia ciudadana en los temas de interés social; a tomar decisiones basadas en la información y en un criterio propio pero pensando en “todos”, nos hará mejores personas y mejores ciudadanos, pero sobretodo, estaremos legando a quienes nos escuchan, leen y observan desde pequeños, un Estado con verdaderos ciudadanos y ciudadanas, capaces de organizarse y de hacer un equipo por Oaxaca y por México.
Lograr la participación, el respeto a los derechos de los demás, de formar mexicanos y mexicanas que asuman su patriotismo en cada uno de los actos de su vida por mínimos que sean y no únicamente cada 16 de septiembre, de integrar personas que privilegien el diálogo antes que la violencia y aprecien la razonabilidad como virtud ética y de cooperación, así como la consolidación de la práctica de los valores ciudadanos, es un gran reto, pero más grandes tienen que ser nuestros deseos por construir una mejor sociedad, más digna y más humana. La meta es sencilla: educar y educarnos para transformar.